Se sabe que las enfermedades gastrointestinales y la desnutrición son resultado de las carencias de estos servicios, pero ¿cómo afecta esto a los peruanos?
Para tener una calidad de vida adecuada, las familias peruanas deben tener los servicios adecuados de agua y saneamiento. La ONU ya ha declarado que tener estos servicios es un derecho universal, pero en la actualidad las cifras nos revelan una situación poco alentadora.
Según un estudio del CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) que fue realizado en nuestro país, existe una relación entre la ausencia de los servicios de agua y saneamiento y el aumento de enfermedades gastrointestinales, con mayor incidencia entre niñas y niños menores de cinco años, en zonas rurales y zonas peri urbanas. Esto, además, indica que estos menores padecen de cuadros de desnutrición.
Por otro lado, la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2013) indica que la prevalencia de enfermedades diarreicas agudas (EDA) entre infantes menores de cinco años es de 10,9% a nivel nacional y 11,5% a nivel rural, mientras que 32 de cada 100 niños de este rango de edades sufre de desnutrición crónica.
A La falta de los servicios antes mencionados, se adhiere el hecho de que las personas que habitan en las zonas rurales del país mantienen prácticas de mal uso del agua que afecta su higiene. Esto refiere tanto a la mala utilización del recurso hídrico y al mal almacenamiento del mismo.
Según un estudio del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento del 2011, 90 de cada 100 personas no se lavan o no se lavan adecuadamente las manos, 98 de cada 100 personas mal usan y manipulan mal el agua, y 54 de cada 100 personas tienen sus letrinas sucias.
De esta manera la carencia del acceso a los servicios de Agua y Saneamiento afecta la salud y el bienestar de las familias peruanas, conllevando a gastos de salud, desnutrición infantil y hasta la mortandad infantil.